Dejarse una barba en condiciones es cuestión de método. No basta con dejar de afeitarse, hay que hacer un esfuerzo deliberado de estilo, tomar decisiones y dedicarle tiempo. Esta guía paso a paso podría ser un muy buen comienzo.
1. Empieza por determinar tu propio estilo
Un hombre puede tener claro que se quiere dejar barba pero ¿qué tipo de barba? Son tantos los estilos que resulta complicado elegir el que mejor se adapta a la personalidad, la fisonomía y el estilo de cada uno. Ante la duda, la mejor solución tal vez sea ponerse en manos de un experto, un buen arreglo de barba empieza siempre con una conversación entre el barbero y el cliente, y el primer paso sería estudiar las líneas, el volumen y las formas del rostro, lo que entre los estilistas se conoce como visagismo. A partir de ahí, ya se podría realizar una propuesta y consensuarla con el cliente, que es en última instancia el que debe decidir qué encaja y qué no con su estilo personal.
2. O, ante la duda, sigue el dictado de la moda
Este sería el plan B, a aplicar en caso de que el anterior no dé los resultados apetecibles. Para los amantes de seguir el dictado de la moda, la mejor opción sería la llamada Beardstache o barba mostacho, es la nueva tendencia para esta temporada o las barbas de varios días, con cierto aspecto de estudiado desaliño y con bigotes más poblados. ¿Ejemplos? Pablo Alborán, James Franco o David Beckham. La barba es el complemento ideal, ya sea de nuestro peinado o de nuestra forma de vestir, para definir un estilo, vivimos un momento en el que tienen cabida todo tipo de barbas, desde la perfectamente descuidada hasta la de aspecto pulido y impoluto, pero siempre, a ser posible, bajo la supervisión de un profesional.
3. No basta con una sola visita
Hay que perseverar. Una barba con verdadero estilo no se consigue en un día. Hay que ir definiendo la barba según vaya creciendo, así conseguiremos tener los contornos bien marcados e ir eligiendo el estilo que más se adapte a los gustos del cliente. Lo ideal sería ir a la barbería cada 15 días para tener un buen mantenimiento, sin embargo, estamos muy lejos de cumplir estos plazos. A pesar de lo que se llevan las barbas, los tratamientos de barbería solo suponen un 6% de las reservas de tratamientos de hombre, cifra muy inferior, por ejemplo, a la de cortes de pelo (65%) o depilación masculina (27%).
4. En casa, utiliza accesorios de calidad
El mismo profesional que ha diseñado nuestra barba puede darnos las indicaciones que necesitamos para su mantenimiento en casa. Para ello, es importante hacerse con instrumental adecuado y que proteja y cuide la piel. Lo ideal es aplicar la espuma con brocha, utilizando la brocha el pelo se ablanda y se trabaja en mayor profundidad consiguiendo así una condición óptima para que, a la hora de rasurar, sea mucho más fácil y menos agresivo con la piel. Actuando así, la posibilidad de abrir el poro y hacernos pequeñas heridas se reduce enormemente. Las clipers o maquinillas nos dan una medida uniforme y es una buena manera de mantener la longitud si la pasamos semanalmente, pero hay que ir con cuidado, equivocarse con los números de la máquina es más habitual de lo que pensamos, y podemos acabar dejando la barba más corta de lo que realmente queremos.
5. Marca bien tus propias líneas rojas
Incluso a la barba más silvestre conviene trazarle límites. El cuello, las orejas o los labios son fronteras naturales que hay que considerar con cuidado. Hay ciertos consejos para acertar: el bigote no debería sobrepasar el labio, hay que evitar problemas de higiene y que el pelo nos cree problemas para comer, además, se recomienda afeitar la parte central de nuestro cuello unos dos o tres centímetros por encima de la nuez y dejar más bajos los contornos de la mandíbula, de esta manera, encajaremos mejor nuestras barbas ocultando la molesta papada. Todo esto se aconseja hacerlo con un gel de afeitar transparente que permita ver por dónde estamos pasando la cuchilla. Uno de los errores habituales al arreglarnos la barba en casa, es que con el crecimiento del pelo, perdemos las líneas de terminación y perímetro.
6. No olvides lavarla dos veces al día
Aunque no todo el mundo lo hace, conviene recurre a jabones y geles específicos para barba. El pelo de la barba es mucho más delicado, igual que la piel de la cara, así que es muy importante utilizar productos adecuados tanto para pelo como para rostro. No utilizarlos es uno de los errores más comunes que cometemos en casa. Cuando se utilizan productos inadecuados, la piel se puede irritar, formado eccemas y creando una sensación de incomodidad que se arregla simplemente con una elección correcta del champú. La limpieza es un pilar básico para una barba perfecta, es necesario lavarla dos veces al día, mañana y noche, ya que al estar expuestos a los humos de la ciudad, al tabaco y a muchas otras cosas hay agentes externos que terminan alojándose en la barba y la contaminan.
7. Hidrátala de manera sistemática para cuidar su aspecto
Una barba áspera y de aspecto fosco puede dar al traste con el mejor de los diseños capilares. Hay aceites específicos que los expertos recomiendan aplicar con asiduidad. Pero es fundamental tener una rutina y seguirla de manera estricta, no aplicarlos de manera esporádica, como hace mucha gente, porque esa falta de cuidado sistemático es la que puede hacer que la barba tenga un aspecto descuidado. La falta de hidratación afecta a la cutícula del pelo que se abre haciendo que la barba se encrespe y por eso luce áspera y sin definición. Estos aceites, además, sirven para perfumar suavemente la barba.
8. Presta atención a los pequeño detalles
Por último, como consejos de estilo que puede marcar la diferencia, se recomienda cepillar la barba frecuentemente con cepillos de púas de cerda. El toque final para un acabado perfecto es la crema moldeadora que defina el estilo de la barba”.